La población aborigen de las islas vivió en gran medida en cuevas. De esa época data parte del hábitat popular, tal como sucede en este municipio, donde es de especial interés una agrupación lineal conocida como Artenara de Arriba, excavada en tosca roja.

La vivienda en cueva tiene un desarrollo acorde con las necesidades familiares y, de ahí, la flexibilidad funcional en arcos cronológicos de recorrido largo. Destacan las escaleras, los poyetes, los muros ripiados de cierre de las oquedades naturales, además de la carpintería de los huecos de gran sencillez. Otro grupo a destacar lo forma una agrupación de cuevas y casas exentas, que están en un camino que sale a la derecha en la carretera que va de Artenara a Tejeda.

A cuatrocientos metros del casco y en la vertiente sur de la montaña del Toril se encuentra, en una plazoleta, la ermita de la Virgen de la Cuevita, que fue ampliada en más de una tercera parte a mediados del siglo XIX (1850-1869), cuando la iglesia parroquial de San Matías estaba en reconstrucción. La actual ermita está en una cueva excavada en tosca roja de unos 8 metros de lado, con una altura de casi 4 metros y bóveda muy rebajada. El acceso se realiza por una portada con arco de medio punto en cantería azul. Es interesante una pieza cilíndrica para el púlpito, el confesionario, el altar y la tribuna, todo ello labrado en la roca.