El Calasio es un poblado compuesto por una veintena de cuevas artificiales, en las que se reconocen al menos cuatro grupos principales. El elemento común es la complejidad que ofrecen, estando prácticamente todo el poblado intercomunicado entre sí mediante accesos y pasillos, también labrados en la roca.

En el curso medio del Barranco de Silva, margen izquierdo, se localiza este enclave de interés arqueológico conocido como Cuevas del Calasio. Las plantas varían según los casos y van desde formas circulares simples a espacios con diversas estancias comunicadas entre sí.

Una de las cuevas destaca por su altura y amplitud. Se trata, seguramente, de la cueva artificial más grande de Canarias, un enorme recinto que se abre a su vez en nuevas estancias y que plantea numerosos interrogantes acerca de su funcionalidad.

Asociada a estas cuevas, en las proximidades del cauce del barranco de Silva, se localiza una necrópolis tumular en un malpaís de escoria volcánica. La mayor parte de estas unidades sepulcrales destacan por la sencillez respecto a otras estructuras funerarias de Gran Canaria, constituidas por un simple amontonamiento de piedras o definidas por un torreón central.