Los primeros pasos de la empresa se remontan a 1928, figurando como precursor de la conocida como Tipografía Norte Miguel Quesada Saavedra. Hombre del mundo de la música y de la cultura, asiduo a las tertulias literarias, compartidas con escritores de la talla de Tomás Morales.

En la imprenta se realizaban toda clase de trabajos, como etiquetados para almacenes de empaquetado agrícola, programas de fiestas, talonarios, recordatorios, recibos, encuadernaciones de libros, hojas parroquiales, etc. entre los años 1931 y 1932, se editó el periódico comarcal La voz del Norte, semanario fundado y dirigido por Juan García Mateo, ayudado y auspiciado por Néstor Álamo Hernández.

En vida de su fundador llegaron a editarse cerca de 40 libros de distintas materias. Tras el fallecimiento de Quesada en 1937, le sustituye en la industria su viuda, Carmen Quesada Ramírez, regentando el negocio ayudada por su sobrino político Odón Ayala Sosa hasta el año 1948. En esta fecha se traspasa la titularidad de la Tipografía a los hermanos Antonio y Lorenzo Quesada López, iniciándose otra etapa en la historia del taller, independizándolo de la librería.

Aparte de los trabajos que ya realizaban, amplían su campo de acción abriéndose a los organismos oficiales, educativos, sociedades educativas y de ocio, Ocupa especial relevancia la tirada de la Revista Mundo Canario/Canary World, publicación periódica, que se imprime en la imprenta desde 1968 hasta mediados de 1975. En la actualidad, y desde el año 2007, es uno de los hijos del primero, Alejandro Quesada García quien continúa el legado familiar como Tipografía Librería El Norte.

En el año 2013 el museo Antonio Padrón, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria y con motivo del día internacional del museo, cuyo lema fue “memoria y creatividad”, edita el libro Tipografía El Norte: la memoria impresa. La publicación supone el reconocimiento público al papel jugado por esta histórica imprenta como dinamizadora de la comunicación sociocultural de toda una época. No en vano fue lugar de reunión de todos los estamentos de la sociedad galdense de aquel entonces: párrocos, guardia civil, empresarios y gentes de a pie que acudía a sus puertas a encargar trabajos de todo tipo.

Los objetivos para el futuro son continuar con las charlas sobre los ultílogos de diferentes escritores, y compaginar el negocio con la divulgación histórica de la imprenta librería para las nuevas generaciones, interesados y turistas, para lo que se han adquirido antiguas máquinas tipográficas que son restauradas por Quesada con el objeto de exponerlas en el local de la Plaza de Santiago.

Entre la relación de maquinarias recuperadas por Alejandro Quesada cabe destacar una impresora tipográfica (Favorite Damon & Peets (Nueva York)); guillotinas, chibaletes, minervas, entre otras.