La Mesa del Junquillo es una meseta de altas paredes que se yergue entre los embalses de Siberio y el Parralillo, rodeada a lo largo de sus andenes por diversos grupos de cuevas artificiales de habitación y espacios dedicados al almacenamiento.

Debe destacarse especialmente un grupo de cuatro cuevas situado en la cara norte, a lo largo de un andén de color claro, que se denomina tradicionalmente como las Cuevas de las Brujas. Una de ellas presenta restos de decoración en rojo y blanco en las dependencias laterales y en la puerta. El acceso a la cima de la mesa es especialmente complicado, por lo escarpado del terreno.

La reutilización de este espacio, así como la existencia de diversas leyendas sobre estas cavidades, dotan de un singular valor a la visita a este lugar desde el que puede divisarse una magnífica panorámica del territorio circundante.