“Sin título”, 1964, en palabras de Lázaro Santana, poeta, crítico de arte y estudioso de la obra de Plácido Fleitas, las obras escultóricas de esta etapa del artista, muestran un juego de vacíos que se podrían interpretar como un punto de vista espacial con un claro origen cubista, sin embargo a Fleitas le interesa más el hueco como volumen que como vacío. El hueco es volumen invisible, pero presente y que actúa en la estructura escultórica. Las formas onduladas y redondeadas de las piedra nos recuerda al Cenobio de Valerón a aquellas estructuras de almacenamientos colectivos excavados en la misma materia, formando oquedades.

Su interés por las artes plásticas y su capacidad autodidacta se ven apoyados desde muy joven por la formación en el dibujo, adquirida en la década de los 20 en la Academia Municipal de Las Palmas de Gran Canaria y su estancia en un taller de carpintería donde entra en contacto directo con el trabajo en madera. En el año 1929 ingresa en la Escuela Luján Pérez, con su espíritu libre de metodología de enseñanza, siendo de todos aquellos jóvenes creadores el que se sintió más atraído por las formas de la cerámica aborigen que pudo contemplar en las salas de El Museo Canario. Los vestigios de aquella cultura prehistórica le inspiraban intensas emociones estéticas.

Cuando en 1936 fue destinado a Fuerteventura, conoce la piedra de Tindaya e inicia una nueva orientación artística: la talla sobre piedra. Trabajaba la talla directa con piedras basálticas a la vez que representaba un tipo étnico innovador y de gran belleza. Recorría barrancos y montañas de Gran Canaria y Fuerteventura, calibrando y sintiéndose fascinado por las cualidades de los basaltos, traquitas, dioritas, lavas, etc... A partir de esta experiencia comenzó a realizar una escultura alejada de las tradiciones clásicas inserta en el indigenismo canario, y acabó llegando a la total abstracción siguiendo muy de cerca las referencias de  escultores ingleses como Henry Moore y Barbara Hepworth.  

Realiza exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno de Madrid y en las Galerías Layetanas de Barcelona donde entra en contacto con el grupo de vanguardia Dau al Set. A su regreso a Gran Canaria intensifica su relación con otros artistas locales y promueve la creación de LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo), primer colectivo de la vanguardia artística en Gran Canaria integrado por Felo Monzón, Juan Ismael, Manolo Millares, Alberto Manrique, Elvireta Escobio y José Julio Rodríguez. 

A partir de los años 50,  su obra, partiendo de la figura humana, se estiliza, pierde detalles y comienza a utilizar, tímidamente primero, el hueco como parte integrante de la propia escultura, luego se vuelve más esquemática y abstracta debido a la influencia de las vanguardias europeas. A finales de la década de los cincuenta, alterna la pura abstracción con creaciones de evidencias figurativas.

• Información  sobre la exposición  "Plácido Fleitas 100 Años" en  San Martín Centro de Cultura Contemporánea