El Atlante es una obra monumental realizada por el escultor y activista político y cultural Tony Gallardo (1929-1986). Se enmarca dentro de su período de las “piedras canarias”, iniciado a partir de 1976 y en el que se interesa por investigar con materiales como las tobas y los magmas; marca el inicio de los “collages” que van a caracterizar las sucesivas etapas creativas de este autor. Fue un encargo de Jerónimo Saavedra en el año 1986, entonces presidente del Gobierno de Canarias.

Esta escultura antropomórfica se realizó con fragmentos de lava procedentes de los volcanes de la Isleta y se colocó sobre una amplia plataforma con un manto de picón. Situada en la zona del Rincón junto a los acantilados, es el emblema visual del acceso a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria por su zona norte. El autor siempre defendió la vigencia de El Atlante como interacción entre la obra de arte y el paisaje que la rodea, de ahí que se ensamble con naturalidad en un entorno marcado por un paisaje erosionado.

Esta obra de grandes dimensiones, ya que mide 8,5 metros de altura, es una gran figura de mujer que levanta los brazos en señal de alabanza al Atlántico. El escultor se inspiró en el mito de la desaparición de la Atlántida entre el magma y el mar para dar forma a esta pieza escultórica. Tony Gallardo era un artista de espíritu inquieto que se dedicó a indagar en las posibilidades artísticas que le ofrecían los diferentes materiales con los que trabajaba sin acomodarse a lenguajes establecidos. Tras una primera etapa de aprendizaje formal cercano a los conceptos vanguardistas, trabajó materiales tales como yeso, madera o hierro para evolucionar con el paso del tiempo. Su obra se inicia en los años cincuenta abordando la Abstracción, el Informalismo y el Constructivismo, pero a partir del año 1977 inicia su mejor y más profunda etapa creativa.