El cuadro de gran formato titulado “Aparición de la Virgen a San Bernardo”, obra de Félix Castello, forma parte del patrimonio artístico y religioso de la Iglesia de San Juan Bautista de Telde, pero se cree que procede del Convento de las monjas bernardas en Las Palmas de Gran Canaria.

En esta obra pictórica las pautas del estilo Barroco se manifiestan tanto en la composición como en el uso del color. San Bernardo arrodillado en el suelo y la Virgen sentada en una nube forman una diagonal con la que se busca inspirar respeto hacia la figura de la Madre con el niño.

La otra línea óptica que define esta escena procede del grupo celestial de ángeles y querubines que también se dirigen hacia la imagen de la Virgen. Las luces y sombras ayudan a definir los tres núcleos principales del conjunto: San Bernardo, La Virgen y el grupo celestial. El uso de color está definido por el contraste entre el blanco del hábito de San Bernardo y los colores intensos de la túnica rosa y manto azul de la Virgen. El rojo del ángel músico de la parte superior marca la atención en este punto de la obra. La escena incluye, detrás del santo arrodillado, los símbolos de un báculo y una mitra que hacen referencia a su renuncia a la dignidad episcopal.

En 1959 el Doctor Martín González lo atribuyó a Vicente Carducho (1578-1638) pero cuando se restauró esta obra, décadas más tarde, se descubrió la firma de su verdadero autor, Félix Castello. Este pintor barroco forma parte de una dinastía de artistas italianos encabezados por su abuelo, Giovanni Battista Castello, conocido como “El Bergamasco”. Pese a su origen, su formación pictórica la realizó con Vicente Carducho, de quien fue su discípulo más antiguo, de ahí que muchas veces se confundan sus obras. Entre su producción artística destacan los grandes cuadros realizados para el Salón de los Reinos del Palacio madrileño del Buen Retiro o pinturas para el Hospital de Tavera en Toledo.