La obra pictórica La Santísima Trinidad Divina y Humana se encuentra en la Capilla de la Puerta del Aire, hoy denominada de la Trinidad. Esta pieza de gran formato forma parte del rico patrimonio artístico y religioso de la Iglesia de Santiago de los Caballeros. El cuadro fue realizado para la Capilla de la Trinidad, originalmente construida en el lado de la Epístola del antiguo Templo del Señor Santiago, con derecho de enterramiento para su fundador y descendientes. Según reza la inscripción que aparece en la cartela situada en el ángulo inferior derecho de la obra, fue colocado aquí en 1679.

Inicialmente, se concibió formando parte de un retablo, pero hoy en día sólo se conserva el lienzo. Se desconoce el nombre del autor, pero por sus características estilísticas se encuadran dentro del lenguaje Barroco. El fundador de esta Capilla, y quien encargó este cuadro, también aparece nombrado en esta cartela: Don Marcos Verde de Aguilar y Trejo (1600- 1660). El canónigo Verde de Aguilar y Trejo, descendiente de Fernando Guanarteme, es el personaje más importante del siglo XVII en Gáldar. Además de ser el fundador de esta Capilla de la Trinidad, fundó las ermitas de San Marcos o de Nuestra Señora de las Maravillas y la de San Isidro Labrador, cuya fiesta llega hasta nuestros días.

Tras la construcción del nuevo templo, dentro del estilo neoclásico imperante, esta pieza pasó a colocarse en la actual Capilla del Calvario, donde ya estaba situada en 1830. El tema de esta obra pictórica se desarrolla en dos niveles, el humano, donde aparece la Sagrada Familia rodeada de un sencillo paisaje de horizonte bajo, y el divino, donde está escenificada la Santísima Trinidad en un cúmulo de nubes. En la parte inferior izquierda vemos el retrato del donante y en la parte derecha una cartela con una inscripción que aporta una información muy valiosa sobre esta obra. El tratamiento de los personajes es bastante hierático y los rostros son algo inexpresivos.

Este lienzo desarrolla una temática de carácter religioso como es habitual en la época, pero cuenta con la peculiaridad de presentar al donante del mismo, en el lateral izquierdo. Este es el único retrato de este canónigo, tan importante en Gáldar en el siglo XVII, por lo que además de encontrarnos ante una obra de gran calidad artística, tenemos una información excepcional sobre el personaje. Existe constancia documental de otro retrato de este personaje en un cuadro hoy desaparecido, La Virgen de la Almudena, de la Iglesia de San Isidro Labrador. La presencia del retrato del donante nos habla, no sólo de la importancia del personaje, sino de la religiosidad de esta época y la importancia de trascender y ser recordado a través de sus obras piadosas con el paso del tiempo.