Mujer infecunda II y El rayo verde son obras pictóricas que forman parte de la colección de la Casa Museo Antonio Padrón, en Gáldar. Formado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, Padrón regresó a su ciudad natal, Gáldar, tras un período de tanteo en la vida artística de la capital y se concentró en la observación profunda del entorno canario, sus tipos humanos, su paisaje y su flora.

A pesar de que a principios de los años 50 se vivía una época de florecimiento artístico en Las Palmas de Gran Canaria, ya que se funda el grupo LADAC, se produce la renovación de la Escuela Luján Pérez y se observa la gran actividad desarrollada por artistas como Felo Monzón, Manolo Millares o Juan Ismael. Antonio Padrón (1920−1968) prefiere recluirse en Gáldar donde encontró la fuente de inspiración primordial para sus creaciones. Esto no le excluyó de mantener contacto con otros artistas y las nuevas tendencias que iban apareciendo. Poco interesado en marchantes y críticos se mantuvo alejado del ambiente artístico. Expuso individualmente en sólo tres ocasiones y solía regalar sus obras a sus amigos.

Su obra resulta muy difícil de clasificar ya que recoge influencias de diferentes movimientos, expresionismo, fauvismo, cubismo, indigenismo y, en una última etapa, el informalismo, por lo que crea una obra muy auténtica y personal.

Mujer infecunda II es un óleo sobre táblex. Esta pieza está fechada en 1962, en este período de su producción artística hay un triunfo de la figuración y una búsqueda de la simplificación y la claridad compositiva. El artista valoraba el color en sí mismo y concedía gran importancia a la materia pictórica, de ahí los empastes de la policromía. Es la suya una pintura tallada que es como la definía Manuel Padorno. En línea con las aportaciones del fauvismo, su aplicación del color es arbitraria sobre todo en las figuras humanas mientras que su expresionismo viene marcado por el uso de un dibujo de líneas duras. Es una composición bidimensional en la que la expresión queda reducida a lo totémico muy en la línea de los indigenistas históricos.

Aunque en esta obra se aprecia un paisaje al fondo, Padrón no cultivó demasiado el paisaje como tema independiente. Prefería los tipos humanos y sus labores para la diversión, el sustento o sus prácticas ocultas como es el caso. Las mujeres son las grandes protagonistas de sus obras poblando un mundo de figuras calladas y quietas que no hablan entre sí, sino que aparecen ensimismadas o mirando al espectador.

El rayo verde es una obra tardía de Padrón, las obras de sus últimos años se caracterizan por el uso intenso del color y el expresionismo abstracto. El período entre la década de 1930 y la década de 1960 marcó una época de auge de la emigración de las islas: muchos huían de las devastadoras sequías en Canarias en busca de una vida mejor en el continente americano (en particular, Cuba y Venezuela).

En esta imagen, se ve a una mujer feliz, despidiéndose, con la esperanza del reencuentro marcada por esa franja verde. Es un cuadro de formas y colores simples, casi ingenuo, que refleja el espíritu de iniciativa que caracteriza al pueblo emigrante. Las gaviotas son pájaros que se van, pero que siempre vuelven a la orilla de su propia tierra. El azul representa el ancho mar. Padrón evoca la paradoja del emigrante, que mira hacia el futuro, pero siente nostalgia de la tierra a la que, sabe, tardará mucho tiempo en volver.