El agua es el recurso natural más importante de la isla de Gran Canaria, como así lo atestigua el heterogéneo legado patrimonial asociado a la captación, almacenamiento y distribución del preciado líquido: pozos, cantoneras, pesadores, estanques, galerías, etc. Un conjunto de infraestructuras de relevante valor histórico, social, económico e industrial que, en algunos casos ha acabado por definir unos paisajes y enclaves muy interesantes y cuya preservación es indiscutible. 

Entre ellas sobresalen por su relevancia histórica industrial los pozos de agua. Se trata de perforaciones verticales, en general de forma cilíndrica y de diámetro mucho menor que la profundidad, a través de la cual se llega a las aguas almacenadas en el subsuelo. Por lo general, están ubicados en el interior de salas de máquinas, de planta rectangular y cubierta a dos aguas, junto con el cacharrón, la bomba de pistones, el winche y el motor que acciona todo el mecanismo de extracción del agua. Para los trabajos de reparación de las herramientas o de piezas de los motores era frecuente acondicionar - en una zona de la sala - un modesto taller de mecánica con los elementos básicos para acometer este tipo de trabajos: fragua, yunque, una mesa para guardar los utensilios, taladros, etc.

Este taladro vertical se emplaza en uno de los pozos del municipio de Santa María de Guía. Esta magnífica máquina herramienta tiene dos movimientos: el de rotación de la broca, que le imprime el motor eléctrico de la máquina a través de una transmisión por poleas y engranajes, y el de avance de penetración de la broca, que se realiza de forma automática. Se empleaba fundamentalmente para la realización de agujeros en las piezas metálicas. Nos encontramos ante un taladro de gran envergadura y fabricado, según reza en la placa que conserva en el frente superior, en uno de los talleres históricos más relevantes de la capital grancanaria: el taller de cerrajería y fundición de Enrique Sánchez. Instalado en el año 1891 en un inmueble de la calle Mayor de Triana, indicado con el número 77 actualmente. El recinto fabril se ubicaba en la planta baja, en cuyo frente se indicaba el nombre del taller, especializado en trabajos de forja, fundición y fabricación de maquinaria. Posteriormente, pasó a manos de la sociedad Hijos de Enrique Sánchez, S.A., centrándose varias décadas después en la venta de productos diversos: calentadores, básculas, planchas, cocinas, etc. La actividad cesó hace varias décadas, dedicándose en la actualidad a fines comerciales.

Esta pieza formó parte de la exposición Fábrica de recuerdos. Memoria de la industria en Canaria, organizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias (Centro de Arte La Regenta, 2019). (Autora de las fotografías: María Laura Benavente).