El pasado 10 de junio finalizaban los trabajos arqueológicos en la Cueva de la Playa Chica de Sardina (T.M. de Gáldar), desarrollados por la ULPGC bajo la dirección de Jonathan Santana y Jacob Morales y financiados a través de una subvención del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria.

Este yacimiento fue dado a conocer en el año 2016, gracias a la colaboración ciudadana, tras un gran desprendimiento que permitió la observación de una larga estratigrafía y la presencia de abundantes materiales correspondientes al uso doméstico de este lugar en el período prehispánico.

Las dataciones obtenidas hasta el momento permiten situar la ocupación de esta cueva natural entre los siglos VI y XIII-XIV de nuestra era, lo que proporciona la posibilidad de una lectura diacrónica del aprovechamiento de los recursos del mar por parte de la población asentada en este lugar.

Entre 2020 y 2022 se han realizado distintas actuaciones arqueológicas en el marco de proyectos de investigación interdisciplinares del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En cada una de ellas se ha puesto de realce el interés de este yacimiento y su papel protagonista en el avance de la investigación sobre el pasado de Gran Canaria.

Uno de los aspectos más interesantes es la documentación, en los niveles más recientes de la secuencia estudiada, de gran abundancia de piezas directamente vinculados a la explotación y manipulación del pescado.

Entre ellos hay que destacar una serie muy cuantiosa de anzuelos (probablemente realizados sobre colmillo de cerdo) y abundantes útiles en cuerno de cabra que han sido interpretados como descamadores. Todo ello pone de manifiesto la intensa y especializada relación que los antiguos canarios tuvieron con el mar, al menos en los siglos inmediatamente anteriores a la conquista castellana.

En esta campaña de 2022 se ha terminado el registro de un área en la que se concentran varios fuegos asociados, muy posiblemente, con el procesado de los productos del mar, a los que se suman abundantes herramientas de piedra y una ingente cantidad de escamas de pescado. Entre los hallazgos más singulares en esta Cueva de Playa Chica hay que destacar un diente de tiburón, al que no se ha podido asignar una especie concreta, pero que constituye un elemento sin demasiados antecedentes en el registro arqueológico canario.

La Consejería de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria quiere seguir apostando por la conservación, protección y estudio de este singular yacimiento arqueológico.