El ámbito territorial de Amurga, en San Bartolomé de Tirajana, es un espacio singular desde el punto de vista paisajístico y por sus características medioambientales. También destaca por su patrimonio cultural, tanto etnográfico como arqueológico, que constituye la huella evidente de una historia que abarca desde los primeros pobladores de Gran Canaria hasta prácticamente la actualidad. Sin embargo, y pese a ello, se trataba de un territorio que no había sido prospectado de forma sistemática y para el que faltaban datos sobre cómo los antiguos canarios habían hecho uso de esta comarca. Había indicios, además, de que Amurga podía ser un espacio con unas manifestaciones arqueológicas que lo singularizaban con respecto a otros ámbitos territoriales de Gran Canaria, lo que requería la puesta al día de su inventario patrimonial.

En los primeros meses de 2022 el Cabildo de Gran Canaria adjudicaba por concurso el contrato para la actualización del inventario arqueológico de Amurga, iniciándose acto seguido los trabajos de prospección arqueológica por parte del equipo de Tibicena Arqueología y Patrimonio. En el mes de mayo se presentaban los resultados preliminares de estos trabajos, que aunque siguen en curso, han superado ya las expectativas inicialmente previstas.

            En los primeros meses de trabajo de campo se han sumado más de medio centenar de nuevos yacimientos arqueológicos, con la identificación de enclaves de dispar tipología y que ponen de manifiesto la riqueza cultural de este espacio. Se han documentado viviendas de piedra, cuevas, sepulturas, construcciones de compleja interpretación como las denominadas torretas, etc. Pero Amurga destaca, sobre todo, por las manifestaciones rupestres. Antropomoformos, figuras geométricas, motivos lineales…realizados con diferentes técnicas y en distintos soportes constituyen una de las expresiones más ricas y diversas de esta comarca del sur grancanario. Se trata de yacimientos arqueológicos singulares, pero sobre todo, especialmente frágiles, por lo que su conocimiento y localización es el primer paso para garantizar su adecuada conservación y protección.

            En este sentido hay que destacar que muchas de las estaciones rupestres que se están incorporando a este inventario de Amurga son el resultado de la información aportada por la ciudadanía que, bien individual o colectivamente, ha contraído el compromiso de  participar en el conocimiento y preservación de este tipo de yacimientos. Así, por ejemplo, la recientemente creada Asociación Patrimonial Attidamana ha colaborado activamente, aportando la localización de distintos enclaves con grabados desconocidos hasta el momento, proponiendo, además, medidas para su protección.

            Está previsto que los trabajos de la actualización del inventario de Amurga se prolonguen unos meses más, simultaneando tanto las labores de campo, como la elaboración de las correspondientes fichas descriptivas de los yacimientos.