Las actuaciones programadas por el Cabildo de Gran Canaria tienen como propósito fundamental llevar a cabo una primera valoración arqueológica y patrimonial de la Sima de Jinámar. Pese a que a lo largo de las últimas décadas ha sido objeto de distintas visitas (sobre todo relacionadas con la práctica deportiva) hasta el momento no se había acometido un examen de esta naturaleza.

Se persigue con esta actividad hacer una valoración exhaustiva del interior de la Sima de Jinámar para determinar, entre otras cuestiones, si todavía hay presencia de restos humanos en superficie que pudieran ser indicativos de las áreas en las que practicar sondeos arqueológicos. Es cierto que existen testimonios orales sobre la presencia en diferentes zonas (talud, fondo…) de este tipo de evidencias en la Sima, pero no hay certeza de su localización exacta. Lo mismo pasa con los restos custodiados en El Museo Canario (un número mínimo de 5 personas representadas), recogidos en distintos momentos y supuestamente en distintas zonas de esta chimenea volcánica. Sin embargo, el diseño de una campaña de intervención arqueológica requiere de datos fidedignos, contrastables y recogidos sobre el terreno, como los que pretenden obtenerse el día 7 de junio. 

            En esta ocasión el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria proporciona la cobertura técnica y de seguridad al descenso y al trabajo en el interior de la Sima, mientras que dos de los inspectores de Patrimonio Histórico llevan a cabo la inspección sistemática de este lugar. Se trata de una labor no desprovista de dificultades, pues a los movimientos de sedimento hay que sumar la basura arrojada al interior de la Sima durante años. Precisamente, otros de los propósitos que persigue esta actuación del día 7 es valorar la posibilidad de una limpieza del interior de la Sima con el ánimo de dignificar este lugar de la memoria.

           Una vez concluida la inspección y valorados los resultados provisionales comenzará a diseñarse una intervención arqueológica (ya con el desarrollo de sondeos) que previsiblemente se podría desarrollar antes de finalizar este año. La localización, alcance y extensión de los sondeos vendrán determinados por el examen del día 7. En paralelo, y con el ánimo de seguir recabando información y ofrecer la máxima transparencia, se convocará una reunión con las asociaciones memorialistas de Gran Canaria en las que se expondrán los datos disponibles y las acciones que pueden ponerse en marcha a partir de ese momento.           

En el marco de la iniciativa aprobada por el Pleno del Cabildo de Gran Canaria, también se ha previsto una mejora en la señalética informativa del Sima de Jinámar y de otros espacios de la memoria traumática de la isla, como son el Pozo de Tenoya y el Pozo del Llano de las Brujas. Está previsto que estas actuaciones se lleven a cabo, de igual modo, antes de fin de año.

 

OTROS DATOS SOBRE LA SIMA DE JINÁMAR

La sima fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico en el año1996, quedando amparada desde entonces en la máxima figura de protección que contempla la legislación sectorial en materia de Patrimonio Histórico.

Además de una chimenea volcánica de 80 m de profundidad con gran interés geológico, la Sima de Jinámar es un Sitio Histórico de suma importancia histórica y para la memoria colectiva de Gran Canaria. En este punto concreto se enlaza el pasado más remoto de la isla con su legado histórico más reciente, constituyéndose así en un referente patrimonial de primer orden.

Las primeras referencias a este lugar se encuentran recogidas en las denominadas fuentes etnohistóricas (Crónicas, relatos y primeras historias), en las que se describe un episodio sucedido en este lugar en el siglo XIV directamente asociado al proceso de redescubrimiento del Archipiélago por parte de los europeos. Según han recogido diversos autores, en torno a 1393 los canarios arrojaron a la Sima a un grupo de trece frailes franciscanos mallorquines que, hasta entonces, convivían con ellos en la Isla. Al parecer, los canarios tomaron esta decisión a raíz de las continuas agresiones que sufría la isla por parte de navegantes europeos y al responsabilizar a los franciscanos de que actuasen en connivencia con los agresores.

Según se recoge en la declaración como BIC, es J. de Abreu Galindo, quien primero menciona este hecho relacionándolo claramente con la Sima de Jinámar, e introduciendo la leyenda, posteriormente difundida, de que el “tubo volcánico” de la Sima comunica con el mar. Aunque este dato no sea real, es significativa la antigüedad de esta apreciación que ya recoge Abreu Galindo. Este autor describe en los siguientes términos los hechos señalados líneas atrás: “Un día acordaron matarlos a todos, y así lo hicieron. A los frailes por el respeto que les tenían los echaron en una sima que está en el término de Jinámar, media legua de la mar, camino de Telde (...) en esta sima los echaron, sin que se tuviese noticia cierta dónde habían de ir a parar, por su profunda hondura, más que de ahí a ciertos días hallaron en la costa de la mar, en aquel paraje, rastro de sus vestidos; de donde se colige que aquella sima va a dar a la mar. Este fin fue el de los mallorquines...” En el siglo XIX, Gregorio Chil y Naranjo hace una amplia descripción de estos hechos narrando lo siguiente: “En efecto dieron muerte a los seglares; mas respetando el carácter de los religiosos, les precipitaron en la sima de Jinámar, abismo tan profundo que, cuando se arroja una piedra, se oye por mucho tiempo el choque de ésta contra las paredes y va disminuyendo el sonido hasta perderse en las profundidades de la tierra, sin que se haya podido determinar su fondo (...) También en tiempo sereno y aprovechando la pleamar, he observado atentamente, poniendo el oído en los bordes del cráter de la sima, con el objeto de descubrir si desde su fondo subía algún ruido que me indicase la entrada del mar en aquellas profundidades; pero ni el menor indicio de ello he percibido en las varias veces que he repetido la experiencia, destruyéndose así la tradición demasiado vulgarizada entre los habitantes...”

Pero el pasado prehispánico, y los acontecimientos descritos, no constituyen el único elemento que confiere valor histórico y patrimonial a este lugar. Efectivamente, la Sima de Jinámar ha sido protagonista también de una de las páginas más negras de la Historia reciente de Canarias, hasta el punto de ser aún un lugar de nefasta memoria para muchos canarios.

Este lugar sirvió como lugar para el asesinato extrajudicial y ocultamiento de un número sin determinar de personas en el curso de la represión que sigue al intento de golpe de estado y la sublevación militar del 18 de julio de 1936, y que básicamente tuvo como objetivos a dirigentes sindicales y afiliados de las organizaciones populares republicanas. La veracidad de estas noticias, queda atestiguada por la presencia de restos humanos recuperados de la Sima de Jinámar en distintos momentos y que, en la actualidad, se encuentran custodiados en el Museo Canario. En particular hay que destacar un frontal en el que resulta visible un impacto (orificio de entrada) de un proyectil de arma de fuego. También respaldan estos hechos los numerosos testimonios orales recogidos en diferentes trabajos de investigación sobre la represión franquista en Canarias y que han sido publicados en los últimos años. Que tengamos noticias, los últimos restos levantados lo fueron a raíz de una investigación de la UCO de la Guardia Civil en el curso de las actuaciones para esclarecer las desapariciones de Yeremi Vargas y Sara Morales.

            Las asociaciones de memoria histórica han mostrado públicamente su deseo de que se acometan los trabajos necesarios para recuperar los restos de represaliados que se encuentran en el interior de la Sima de Jinámar.

Hasta el momento el Cabildo de Gran Canaria ha asumido el cierre (una delimitación a base de tensores) que rodea el acceso a la cima y la instalación en un panel informativo en el que se informa de la naturaleza histórica del sitio. Asimismo ha sido incluido dentro del plan de mantenimiento de yacimientos arqueológicos y sitios etnográficos de Gran Canaria (lo que supone una visita al mes de seguimiento y limpieza), habiéndose sumado también al contrato que previsiblemente se iniciaría a principios del mes de abril.

También, y a petición de la una se las asociaciones de memoria histórica de Gran Canaria, el Cabildo de la isla ha colaborado con la selección de muestras óseas procedentes de la Sima de Jinámar depositadas en el Museo Canario (tramitación de permisos, análisis de los materiales esqueléticos, selección y extracción de las muestras y traslado al laboratorio de genética forense de la ULPGC). Los materiales analizados (restos óseos de 5 individuos diferentes) proporcionaron ADN si bien su cotejo con las pocas muestras de familiares disponibles no proporcionó ninguna identificación positiva.