Una treintena de cuevas conforman el poblado de Bisbique, en el valle de Agaete. Un emplazamiento con control visual sobre el territorio circundante, lo que unido al difícil acceso de la zona, proporcionaba a los antiguos canarios ventajas defensivas.
El poblado de Bisbique, localizado en el margen izquierdo del barranco de Agaete, en la montaña denominada también Roque Bermejo, sobre el barrio de San Pedro, está formado por un conjunto de unas treinta cuevas excavadas en una toba volcánica de tonalidad rojiza y distribuidas en varios niveles.
Estos recintos aparecen prácticamente inaccesibles, ya que, con el paso del tiempo, los desprendimientos han hecho desaparecer la mayor parte de los senderos transitables, pero aún es posible entrar en algunas de las cuevas de este asentamiento. Estas cuevas en general muestran plantas rectangulares o cuadrangulares, algunas de ellas con silos u hornacinas, así como numerosos huecos en el piso, lo que revela la existencia de mamparas para distribuir el espacio interior. Asimismo, hay indicios de la existencia de una necrópolis en las inmediaciones del poblado y de que esta estuviese asociada al conjunto habitacional descrito.
El emplazamiento elevado de Bisbique permite un amplio control visual sobre el territorio circundante, lo que, unido a lo difícil del acceso, parece proporcionarle grandes ventajas para la defensa.