En el pago de El Parralillo, en la calle Tajinaste, se levanta una de las mejores casas de finca del entorno, la Casa Herederos de doña Felipa, posiblemente de mediados del siglo XIX, con un cuerpo de habitación principal de dos plantas y otros volúmenes menores de servicio y almacén, que definen un patio interior.
En la planta alta hay una galería cubierta con tejadoz, sobre pies derechos de madera, cerrada por una celosía de tablillas dispuestas en diagonal que dejan algunos huecos apuntados. La casa tiene pocos huecos en los muros, disponiéndose por exclusivos motivos funcionales.