La calle San Juan es el eje central del casco histórico de Arucas, con un elevado número de edificios singulares que siguen el modelo clásico de crujía de fachada con cubierta a dos aguas, a menudo con dos plantas de altura, siendo la más antigua la ubicada en el número 4, hoy integrada en la Casa de la Cultura.
Otros edificios del centro histórico son ejemplos de construcciones singulares de Arucas que siguen el tipo tradicional de casa con patio, con ejemplos como los de las casas situadas en los números 1 y 3 de la calle Teodoro Rosales o en el número 7 de la calle Marqueses. El centro de la ciudad está declarado Conjunto Histórico desde 1976, siendo el segundo que obtuvo esta declaración en la isla; de ahí, que sus valores sean múltiples, aunque predomine la arquitectura de transición entre los siglos XIX y XX. También cuenta con interesantes ejemplos de arquitectura tradicional de momentos anteriores y posteriores.
A raíz de la incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla comenzó el poblamiento por los conquistadores de la rica vega de Arucas. Los primeros colonos iniciaron la formación de un núcleo urbano en torno a la parroquia en 1515.
El sector viejo de la ciudad de Arucas queda claramente diferenciado en torno a la iglesia parroquial de San Juan, formado par calles, plazuelas y casas. Las edificaciones de Arucas son de dos plantas, rara vez sobrepasan esta altura. Construidas generalmente en piedra volcánica arenosa, encaladas y blanqueadas, y otras en piedra procedente de las canteras de basalto. La habilidad de los canteros se hace evidente en el variado repertorio que adorna dinteles, zócalos y cornisas del casco antiguo de la ciudad, en contraste con la parte nueva, en la que predomina el estilo constructivo canario.
Casas con fachadas cubiertas de anchos balcones con celosías, a veces rematadas con balaustradas de claras tendencias renacentistas, sirviendo de antepecho a las típicas azoteas. Rinconadas, pasajes, jardines y parques poblados de flores y plantas exóticas caracterizan a este sector urbano, del que destaca la iglesia de San Juan, construida a comienzos del siglo XX, de puro estilo neogótico y ejemplo insólito dentro del panorama artístico de la isla. Se levantó en el lugar donde estuvo la primitiva construcción barroca del siglo XVII, en un gótico que sigue con fidelidad los modelos medievales, habiéndose trabajado con minuciosidad arquivoltas, pináculos y gárgolas. Consta de tres naves, cubierta de madera, coro y tribuna.