El Chimirique, en los límites del municipio de Tejeda con el de San Bartolomé de Tirajana y a 1549 metros de altitud frente a la Montaña del Aserrador, es un ejemplo singular de espacio doméstico. La ocupación de estas cavidades naturales por parte de los antiguos canarios puede ser puesta en relación con el aprovechamiento de los pastos que ofrece la cumbre en época veraniega.
Se trata de una elevación de abrupto relieve, especialmente por su cara sur, en la que se abren numerosos solapones que registran una mayor densidad en la ladera noreste, la más transitable del conjunto por existir numerosos andenes que permiten acceder con relativa facilidad a las diferentes cotas de altura. En otros casos se ocupan espacios mínimos bajo grandes rocas o grietas que permiten resguardarse de las inclemencias atmosféricas.
La importancia que debió tener la ganadería para los canarios, supuso que se llevarán a cabo traslados estacionales de parte de la población con los ganados a fin de hacer un aprovechamiento intensivo de los recursos forrajeros ofertados por el entorno insular.
Una excavación en dos de las cuevas de habitación reveló que, a causa de un desprendimiento en el techo, una de ellas fue reutilizada como espacio funerario, para alojar los cadáveres de un adulto y dos niños de corta edad. Así, mientras que el uso doméstico del espacio fue fechado en el siglo VII d.C., la sepultura se situaría en torno a los siglos XI y XII de la era.