En el curso medio del barranco que sirve de límite entre los municipios de Telde e Ingenio, se emplaza el conjunto arqueológico, de gran interés, las Cuevas del Barranco del Draguillo. Se trata de un poblado en el que la mayor parte de las cavidades artificiales han sido utilizadas como "graneros fortificados".
Una veintena de silos conforman el primer grupo de cuevas, que se encuentra comunicado con otro granero por un pasillo de unos cuatro metros de longitud, aprovechando y reforzando sus especiales condiciones de ubicación y su compleja accesibilidad para guardar y esconder las reservas de alimentos. Cerca de este conjunto se aprecian grabados rupestres con figuraciones antropomorfas y geométricas.
A la derecha del barranco pueden observarse otros conjuntos de cuevas artificiales a las que se atribuye una funcionalidad habitacional, si bien algunas de ellas se usaron como silos para la custodia y conservación de los alimentos.
En sus proximidades, en la Montaña de Juan Tello, se encuentra un área de necrópolis, quizá utilizado por los antiguos pobladores de esta zona. Entre las oquedades funerarias de la Montaña de Juan Tello se encuentran algunos de los pocos ejemplos conocidos hasta el momento en Gran Canaria de cuevas artificiales empleadas para servir de sepultura, aunque también se localizan cavidades habitacionales y graneros.