El yacimiento, BIC de Moya, está integrado por un gran número de cuevas -naturales y artificiales- comunicadas entre sí, que, entre otras cosas, servían para almacenar productos vegetales en la época prehispánica.
La Montañeta es uno de los enclaves prehispánicos más importantes de las Medianías del Norte de Gran Canaria. Se trata de un conjunto arqueológico sumamente complejo, integrado por un gran número de cavidades -naturales y artificiales- estructuradas en diversos andenes, lo que facilita la comunicación entre ellas. Los antiguos pobladores también labraron en la toba pasos, escalones y otros elementos para una organización más eficaz del espacio.
Gracias a las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo por el Cabildo, se sabe que los silos labrados en la roca forman parte de las estrategias de almacenamiento de los antiguos canarios para conservar los productos vegetales en los que basaban su alimentación. Dichos trabajos han permitido, además, consolidar esos depósitos y, básicamente, las argamasas que garantizaban la impermeabilidad de los mismos.
Otro rasgo singular del yacimiento es su antigüedad. Las dataciones radiocarbónicas sitúan su ocupación, al menos, entre los siglos VIII al XII de nuestra era, aunque muy probablemente se prolongara hasta fechas próximas a la conquista castellana.