El proyecto para la construcción del Muelle Viejo de Agaete, donde se emplaza esta grúa, se debe a uno de los ingenieros canarios más destacados del Archipiélago: Juan de León y Castillo. Nacido en Telde en 1834, es considerado el ingeniero y humanista que modernizó Canarias. Entre sus obras más destacadas recordamos el Puerto de La Luz, el Faro de Maspalomas, así como innumerables realizaciones en carreteras, ingeniería hidráulica, urbanismo y arquitectura.
Además del muelle de la localidad norteña, llevó a cabo importantes intervenciones en los muelles de San Marcos (Icod de los Vinos, Tenerife); en Santa Cruz de La Palma (La Palma) y en el Puerto de La Orotava (Tenerife); entre otros.
Aunque la obra fue aprobada el 9 de noviembre de 1864, no será hasta una década más tarde cuando el Ministerio de Fomento otorgue el visto bueno para su construcción. La idea original de León y Castillo era crear una infraestructura de 260 metros de longitud, que facilitara las operaciones de carga y descarga de mercancías y pasajeros. Realizado en mampostería, con mortero de cal y arena y con remates de cantería, empleando piedras del Roque de las Nieves y de canteras de Arucas. Después de pasar por varias vicisitudes en los años posteriores, las obras se concluyen en 1903, tal y como lo conocemos en la actualidad, pero con solo 130 metros, la mitad de los planeados en 1875. El Muelle tuvo una gran actividad comercial, actuando como uno de los principales puntos de exportación de la producción agrícola de todo el Norte de Gran Canaria. Los puertos de destino eran los de Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y La Aldea de San Nicolás.
La grúa del muelle viejo de Agaete está situada desde principios del siglo pasado, junto a la última escalinata del espigón. A diferencia de las grúas que conocemos hoy en día esta máquina es de pequeñas dimensiones, fabricada en hierro y anclada directamente en el suelo. Estuvo destinada a las operaciones de estiba de productos agrícolas del Valle de Agaete y a la propia actividad marinera del Puerto de las Nieves. En el año 2010, el Cabildo de Gran Canaria, a través de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural, acometió la restauración de este bien patrimonial, debido a las graves deficiencias que presentaba: oxidaciones, desgastes, pérdida de piezas, etc.
Hoy en día sigue siendo una de los bienes industriales más característicos del municipio, recordada por varias generaciones y testigo mudo de un pasado no tan lejano en el tiempo.