Dominando la antigua finca del conde de la Vega Grande, se encuentra el complejo de la Hacienda y la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, de gran calidad arquitectónica y enorme valor histórico, datado en el siglo XVIII. Junto a la ermita, de una sola nave y rehabilitada a partir de 1735, está la Hacienda separada por la plaza.
La nave de la ermita termina en un ábside de planta cuadrada y mayor altura. El techo de este último tiene artesonado con cubierta a dos aguas. La fachada simple se enmarca entre sillares y sigue la forma de la sección del edificio, acabada por una espadaña de cantería. En ella, se abre un hueco de sillares, impostas y dovelas en arco de medio punto, sobre los cuales se inscribe la fecha 1749. La fachada lateral tiene también un hueco de acceso con arco de medio punto y dos pequeñas troneras.
La Hacienda tiene una y dos alturas en un volumen en "U" en torno a un patio cerrado por un muro almenado con dos puertas; una enmarcada en cantería roja y dintel en arco, y la otra adintelada. El patio es porticado, con un corredor cubierto y ventanales sobre pies derechos de madera con zapatas y ménsulas que apoyan en basas de cantería roja. Una escalera de madera exterior lleva a la segunda planta, donde se sitúan las estancias con cubierta de armadura de parhilera.