En el interior de uno de los palmerales más bellos de la isla y junto a la presa del mismo nombre, que recoge las aguas del barranco de Santa Lucía, hay dos pequeños núcleos conocidos como La Sorrueda Baja y La Sorrueda Alta, con casas construidas a mediados del siglo XIX. La arquitectura tradicional marca la personalidad de ambos conjuntos, más compacta en el barrio Alto, y de agrupación dispersa y sobre bancales en el Bajo.
Las casas están construidas según tipos de planta en "L" o "I". Los muros son de tapial, con mampuestos a la vista y tienen cubiertas inclinadas de tejas sobre armaduras de parhilera. Muchas tienen soportales. Los huecos tienen carácter puramente funcional y se sitúan donde hacen falta, sin adoptar composición alguna.
Destaca una casa terrera formada por un volumen cubierto a cuatro aguas, que tiene un porche apoyado sobre pies derechos, así como unas casas de finca (en el número 11 de la calle La Sorrueda) con crujías de una altura y a dos y cuatro aguas, en este caso en torno a un patio, con porches y aleros de tejas. Tiene elementos constructivos más nobles, como puede ser la presencia de sillares, o de ochavos en las armaduras de cubierta.