En la Montaña de Tauro encontramos los vestigios de lo que se ha considerado un almogarén o santuario de los antiguos canarios, caracterizado por la presencia de necrópolis, así como estructuras de piedra denominadas en la bibliografía tradicional como torretas troncocónicas.
En la cima de la montaña se localiza una gran estructura semiderruida que es conocida por las gentes del lugar como la Iglesia de los Canarios. Una vía de investigación trata de verificar si estos lugares corresponderían a espacios desde los que los canarios realizarían observaciones astronómicas, a fin de controlar determinados hitos en el transcurso del tiempo. El conocimiento de las estaciones, vital para el buen funcionamiento de los ciclos productivos como el de da la agricultura, debía constituir una práctica bien conocida por poblaciones, ya que de ello podría depender su propia supervivencia.
Sea o no un lugar desde el que realizar observaciones astronómicas, lo cierto es que el ascenso a la cima de la Montaña de Tauro proporciona, no sólo un sugerente conjunto de vestigios aborígenes, sino también unas vistas espectaculares, que aporta al enclave un destacado interés.