El Santo aparece representado como un hombre joven sin barba, con una amplia tonsura monacal. Viste el típico hábito de la Orden franciscana atado por un cordón de tres nudos. Estos tres nudos simbolizan la consagración a Dios como religioso franciscano por los votos de obediencia, pobreza y castidad. En su mano derecha lleva como atributo que lo identifica una vara de azucenas blancas, símbolo de la castidad y virginidad, mientras que en la izquierda sostiene un libro sobre el que sienta el Niño Jesús. El libro alude a su condición de Doctor Evangélico, proclamado como tal por el Papa Pío XII en 1946. La representación del Niño Jesús hace referencia a un episodio de la vida del Santo que se recoge en el “Liber Miraculorum”: una visión en la que se le aparecen la Virgen y el Niño Jesús. A partir de finales del siglo XV es habitual que aparezca el Niño Jesús como un atributo que lo identifica como San Antonio.

Esta obra escultórica fue costeada por la misma persona que decidió destinar un importante capital para la construcción y fundación de una ermita en Mogán bajo la advocación de San Antonio de Padua, Matías Sarmiento. Este personaje era un emigrante canario, natural de Tejeda, que hizo fortuna en La Habana y dejó constancia en 1808 de su deseo de costear esta pieza con los mismos fondos con los que buscaba financiar la ermita, pero se produjeron muchos problemas económicos y hasta 1814 no consta la presencia de la imagen del Santo en la ermita de su nombre. En el Inventario de 1933 realizado por el párroco Francisco Morales aparece registrada como obra de José Luján Pérez, pero no existe ninguna documentación escrita que apoye esta afirmación. El estudio estilístico de la obra lleva a considerar la imagen como obra de alguno de los seguidores de Luján Pérez. Las características formales y técnicas del Niño Jesús que lleva el santo en su mano izquierda recuerdan al Niño Jesús y angelitos presentes en el grupo escultórico “Virgen del Carmen” de la Iglesia Matriz de San Agustín de Las Palmas de Gran Canaria, obra de Luján Pérez pero que terminó a su fallecimiento su discípulo Manuel Hernández, conocido como “El Morenito”.