Este Sagrario-Manifestador ocupa el Altar Mayor de la Iglesia de Santa Brígida. Es una pieza indocumentada, pero por sus características estilísticas se encuadra en el último cuarto del siglo XVIII. Se trata de una pieza muy proporcionada y armónica, tallada en madera y dorada. Este tipo de diseño se va a extender por las islas hasta mitad del siglo XVIII, convirtiéndose en un arquetipo de referencia para otros artistas.
Se sabe que Cristóbal Ossorio Melgrejo había realizado en 1648 un Sagrario para esta Iglesia, pero el edificio se incendia en 1897. Se desconoce si el Sagrario que hoy conocemos se hizo para esta Iglesia y se salvó del incendio o bien, una vez reconstruida, se trajo de otro lugar. Existe la teoría de que puede proceder de la Iglesia de San Francisco de Las Palmas de Gran Canaria.
Desde el Concilio de Trento en 1551, el Sagrario se convierte en un elemento fundamental en las iglesias, ya que en su interior se guarda el Santísimo Sacramento. El Manifestador es un templete en el que se expone el Santísimo para adoración de los fieles. En este tipo de bien mueble se unen ambas funciones.
El Sagrario Manifestador de la Iglesia de Santa Brígida presenta una planta quebrada. Su bando se apoya en cuatro poderosos pedestales. Su sección poligonal se integra con el baldaquino que se eleva sobre seis columnas de fuste festoneado con rocallas y arcos de frente ondeante, típicos del estilo Rococó. Una cubierta cónica completa el conjunto rematado por un símbolo triangular trinitario.