Las comunicaciones de la isla de Gran Canaria han sido muy diversas a lo largo de su historia tras la conquista castellana. Diferentes vías se conformaron en la isla tras el siglo XV, muchas de ellas reutilizadas de antiguos caminos empleados por los protopobladores de la isla. Una de estas vías que conectaba la ciudad de Las Palmas con el norte, era el Camino Real a Gáldar, cuya traza original queda muy desdibujada en la actualidad debido a las diferentes obras y acondicionamientos viales provocados desde el siglo XIX, momento que este camino aminoró su actividad de tránsito hasta nuestros días.
Esta senda cuenta con diferentes tramos que conserva su traza original a través del empedrado visto sobre su pavimento, destacando el ámbito de llegada al barranco de Tenoya.
El Camino desde el centro de la ciudad de Las Palmas se iniciaba en torno al antiguo Teatro Cairasco y emprendía la calle Real del Castillo hasta llegar a la Cruz de Piedra. Tras encauzar las lomas de Las Rehoyas, el camino emprendía Tamareceite por Cuesta Blanca y tomaba las inmediaciones de Jacomar hasta Cuevas Blancas y de este modo, llegar al pueblo de Tenoya, continuando hacia la ciudad de Arucas por el barranco de Tenoya y San Francisco Javier. El término ‘Real’ para suscribir esta vía, refiere su origen a aquellos caminos de propiedad real que unían los grandes núcleos de población, como en este caso eran Las Palmas y Gáldar. Su origen se remonta al reinado de los Reyes Católicos, cuya corona no se encontraba en una sede fija por lo que ese movimiento de tránsito de la corte se hacía a través de caminos reales.
El Camino Real a Gáldar ha sobrepasado diferentes vicisitudes a lo largo de su existencia. Sin embargo, la memoria de los lugareños y el apoyo institucional ha conservado esta denominación, algo que se observa en el nomenclátor municipal de Las Palmas de Gran Canaria donde la calle que converge con el camino se denomina, ‘Camino a Gáldar’. En el año 2021 la Asociación Cultural ‘Tasate’ colocó una lauda de recuerdo hacia la historia del camino en presencia de autoridades y los cronistas oficiales de las reales ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Gáldar.