Situado junto al borde del Barranco del mismo nombre, el casco de Santa Brígida, se localiza en torno a una de las tres vegas agrícolas más importantes de la isla, la Vega de Abajo, cuyo potencial sirvió de reclamo para la instalación de los primeros vecinos de dicho espacio. Su proximidad a la capital de la isla y el carácter templado de su clima, convirtieron la localidad en un asentamiento en permanente expansión, con un casco histórico que se ha convertido en el testimonio material de la evolución del municipio.

El entorno del casco histórico está definido por el asentamiento matriz del pueblo, que tiene en la parroquia y en la carretera general los ejes que marcan las distintas etapas del desarrollo de la historia y de la arquitectura local. En el entorno de la iglesia, las calles que concentran la mayor parte de los edificios históricos son Calle Real, la calle Castellar, la calle Muro, la calle Historiador Morales, la calle de En Medio, la calle del Calvario, la calle Fermín Monzón, la calle Tenderete y la calle Calvo Sotelo.

El asentamiento que da pie al casco de la Villa tiene su matriz en el siglo XVI, donde se erigen dos santuarios que dan paso a la Parroquia en 1583, que se segrega del Sagrario, situado en la ciudad de Las Palmas. Un siglo más tarde, en 1697, la iglesia se reforma y se amplía. Esta iglesia sufrió un fuerte incendio en 1897, del que sólo se salvó la torre, por lo que el templo actual se construyó en las primeras décadas del siglo XX. El edificio quedó constituido por tres naves, con bóvedas de medio cañón, presididas por la torre campanario.

La plaza del entorno de la basílica está conectada a la calle principal que funcionó como eje del conjunto, que enlaza la entrada al casco con la Iglesia. Esta calle se conoció como Calle Real, debido a que en esta vía se concentraba la mayor parte de la actividad comercial del pueblo y es donde se encuentra un buen número de edificios nobles, realizados en cantería. La calle Castelar, también dentro del casco, ha conservado el antiguo empedrado de 1912 que le imprime un notable carácter histórico.

El edificio antiguo del Ayuntamiento de la Villa, es otro de los edificios señeros del casco, que tiene su origen en 1879, sufriendo a lo largo del siglo XX distintas reformas, a medida que la necesidad del ente público lo iba demandando. La ampliación más importante se llevó a cabo en 1960, resultando un edificio de arquitectura noble con fachada en cantería, patio interior con corredor de madera.

Otro de los rincones emblemáticos del casco es el Calvario, que da nombre a la calle donde se encuentra y que era desde donde partía el antiguo camino real que unía el pueblo con el pago de Las Meleguinas. El Calvario es una construcción en cantería con tres cruces jalonando tres picos en forma de triángulo, en cuyo centro se encuentra una hornacina donde se resguarda una imagen de la Pasión de Jesucristo. Este Calvario marcaba el límite del casco, pero existe un segundo calvario situado en la Vuelta del Castaño, en el margen izquierdo de la salida del pueblo, en dirección a San Mateo, y que sirvió de resguardo a una imagen de la Virgen del Carmen. Su situación y forma original han sido modificados por la ampliación de la carretera y por el uso del solar donde estaba localizado.

En pleno casco y en la zona de tránsito junto a la carretera general se encuentra la zona de La Alcantarilla, eje de intercambio y encuentro de los vecinos y curiosos que se situaban junto a la vía que conduce a San Mateo. En este entorno se sitúan varios edificios emblemáticos del casco histórico, entre los que destaca el Real Casino de Santa Brígida, abierto en 1926. Construido en dos plantas con ventanales y balcón de hierro y que conforma una de las unidades más características del casco, debido a la alineación de los edificios colindantes de corte neoclásico y aspecto señorial. El Casino cuenta con un gran patio interior que sirve de distribuidor de los distintos espacios que contiene el edificio, entre los que sobresale la sala de baile. El Casino se convirtió en punto de encuentro de la burguesía local y de los vecinos.