En lo alto de los Riscos de Gonzalo se localizan dos cuevas muy singulares, la Cueva de la Empalizada y la Cueva del Péndulo, separadas entre sí por unos centenares de metros.
Lo extraordinario es que estas cuevas se encuentran a unos 50 y 30 metros de altura respectivamente y no parece haber forma de subir ni de bajar, sobre todo de la primera, además no se sabe cómo los antiguos canarios pudieron alcanzarlas, empotrar los palos de tea que se observan y utilizarlas como viviendas, como se demostró tras encontrar en ellas trozos de vasijas, fragmentos de cestos e incluso grabados rupestres.
La Cueva de los Palos fue alcanzada en 1968 por un equipo del Grupo Montañero Gran Canaria. La cercana Cueva del Péndulo, llamada así desde que tres escaladores del citado Grupo Montañero consiguieron llegar hasta ella por este procedimiento, es más curiosa todavía pues en su interior hay una pared recubierta de barro con motivos geométricos (círculos, rectas, etc.) y un grabado rupestre de carácter zoomorfo. También se encontraron aquí fragmentos de molino, cerámicas, obsidiana, restos de tejidos, etc.