El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada evalúa frecuentemente su estado para garantizar su conservación.
Cuando se habla de conservación preventiva se está haciendo alusión a una intervención continua e integral que afecta a los bienes culturales en conjunto. Su campo de actuación implica a múltiples variables, tanto a las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa y contaminación), como a la intensidad y calidad lumínica, o el control orgánico de plagas. Alcanzar la estabilidad es la vía para evitar tener que pasar de la conservación preventiva a la curativa, es decir, a la intervención sobre el bien patrimonial.
El programa de conservación preventiva de Cueva Pintada tiene dos objetivos esenciales. En primer lugar evaluar de forma correcta el impacto que las visitas tienen en las condiciones de conservación de la cámara decorada. En segundo lugar, establecer, con la mayor precisión posible, la velocidad de recuperación del clima en la cámara decorada.
Se han ampliado los sistemas de control sísmico que están registrando cuál es la incidencia real de la actividad diaria del entorno en la Cueva Pintada. Está resultando evidente que el tráfico rodado, muy próximo al yacimiento, provoca una serie de vibraciones que de forma diaria se transmiten al entorno de la Cueva Pintada. Esta realidad requerirá en el futuro el establecimiento de un protocolo de actuación específico. Por otro lado, el aumento de la contaminación también se está mostrando como un elemento clave a tener en cuenta, pues provoca el calentamiento del ambiente y la dificultad de la ventilación al colapsar los poros de las telas microperforadas que sirven de protección perimetral del yacimiento.