La ermita de San Sebastián, en la periferia inmediata de Gáldar, junto al asentamiento prehispánico del barrio Hospital y Argüello, es un bello y austero edificio ajustado en proporciones, de los pocos de la Isla que aún conserva elementos góticos del llamado periodo "pleno", propio del siglo XVI.

Es un volumen aislado de planta rectangular a dos y cuatro aguas (sobre el presbiterio) de teja árabe y plana. Un arco fajón separa los dos ambientes interiores. En la fachada, a poniente, se abre un hueco apuntado recercado en cantería, con carpintería de madera y remaches y una pequeña espadaña en el ángulo noroeste. Otra puerta de casetones da acceso a la sacristía en la fachada norte.

En la calle Real de San Sebastián, número 34, se levanta una casa de planta alta, que es modelo de gran calidad, perteneciente a la arquitectura doméstica urbana anterior al siglo XVIII. Tiene una crujía de planta rectangular y dos alturas, con cubierta de teja a dos aguas sobre techo de par e hilera, y encerrada entre dos pilastras de esquina, que deja un hastial hacia la calle lateral. Predominan en el eje de la fachada principal la ventana y la puerta abiertas en huecos recercados de cantería, teniendo la primera una repisa labrada, característica del gótico tardío.