Estanques, acequias o el acueducto de Trujillo, que salva la depresión del llano, son ejemplos de las obras hidráulicas realizadas en la zona, que incluyen conjuntos de estanques construidos entre finales del siglo XIX y principios del XX para almacenar y regular las aguas que irrigaban los cultivos de plataneras de la Costa.

Desde el núcleo principal de Moya, en descenso hacia el Norte, llegamos a Trujillo, donde vamos a encontrar una alta densidad de arquitecturas hidráulicas a lo largo de 2 kilómetros por carretera, entre las que destacan conjuntos agrupados de estanques, charcas, maretas, acueductos o lavaderos, entre otros. La superficie rocosa y desnivelada de Trujillo, punto intermedio entre los manantiales de las medianías y los cultivos de la costa, reunió todas las condiciones para que se ubicaran decenas de estanques y maretas.

El primer conjunto de tres grandes estanques aparece situado a la derecha de la carretera GC-753, que marcha paralela a la acequia principal. Más abajo, en esta canalización, se presenta el extraordinario Acueducto de Trujillo, para salvar la depresión del llano, con 19 pilares y lavaderos en cada uno de sus extremos.

Por las zonas de La Montañeta, Moreto y Los Caserones, la densidad de estanques de gran volumen se acentúa, con los más variados modelos, en superficies de 100 a 2.500 metros cuadrados, que dan volúmenes de 300 a 18.000 metros cúbicos, aproximadamente. Casi todas son obras embutidas en la ladera rocosa con un muro de contención formado por grandes piedras labradas, sillares y ripios, y reforzados por contrafuertes exteriores que llevan en su parte superior canalizaciones y cantoneras adosadas.

Dirección Sur, hacia Moya, en la calle Bolivia encontramos una sorpresa mayor, otro extraordinario conjunto hidráulico único en Canarias. Lo componen 10 estanques y maretas, canales y cantoneras. Los recipientes están encadenados unos con otros, sus gruesos muros de piedra y argamasa de cal y arena, escalonados, se refuerzan con hasta 12 contrafuertes en algunos casos. Más allá está la presa de Trujillo, del siglo XIX, y otra serie de estanques.