En el margen izquierdo de la playa de El Pajar se encontraba la antigua aldea de Arganeguín o Areaganigui, escenario del intento de invasión de Gadifer de la Salle en 1405. Hoy aquella aldea indígena yace enterrada bajo las viviendas que han ocupado el barrio de El Pajar, o bien han desaparecido bajo las fincas de plataneras, aflorando apenas vestigios de algunas estructuras diseminadas, aunque aún existen algunas de sus cuevas, principalmente en el Barranco de Arguineguín.

La descripción de Sabino Berthelot en su obra Etnología y Anales de la Conquista de las Islas Canarias (París, 1842) explicaba que “aún existen en la isla algunas de sus cuevas, principalmente en el Barranco de Arguineguín, en donde se encuentran los restos del pueblecito citado por los capellanes de Bethencourt. Estas habitaciones se hallan colocadas en varias filas alrededor de un gran circo, en medio del cual se ven las ruinas de un edificio más considerable que los otros, presentando delante de la puerta de entrada un enorme banco semicircular con un dosel y todo de piedra seca, lo que ha hecho presumir que esta casa había sido la residencia de un jefe. Grandes y sólidas vigas de laurel cubren aún alguna de estas habitaciones, cuya forma es elíptica, presentando interiormente tres alcobas practicadas en el espesor del muro, que tiene ocho o nueve pies de ancho. El hogar se halla colocado cerca de la puerta de la entrada que hace frente a la alcoba del fondo. La pared carece de cimientos y se halla construida con piedras en bruto y muy gruesas exteriormente, pero perfectamente talladas y alineadas en el interior. El pueblecito de Arguineguín podía contener cerca de cuatrocientas casas de la forma ya indicada”.

La aldea incluía, como es habitual, una necrópolis, que estaba en La Punta del Perchel, donde hoy se sitúa la fábrica de cemento.

 

Dataciones Arqueológicas