El yacimiento arqueológico de El Tejar, fácilmente accesible, se localiza en el barrio del mismo nombre, situado entre La Angostura y Las Meleguinas. Este importante enclave fue hallado en 1987, en el curso de los trabajos de desmonte de un bancal agrícola.
El descubrimiento de abundantes restos materiales en el yacimiento de El Tejar, procedentes de las actuaciones de desmonte en la zona, supuso que se proyectase el desarrollo de una intervención arqueológica para estimar la naturaleza del enclave y su estado de conservación.
Las distintas campañas acometidas, sufragadas por el Cabildo de Gran Canaria, han revelado un espacio complejo, rico en evidencias arqueológicas y, en algún caso, de difícil interpretación. La información extraída hasta el momento desvela que El Tejar constituye un espacio doméstico integrado por, al menos, tres estructuras en las que se han documentado abundantes restos de fauna terrestre, cerámica, industria lítica, etc.
Entre todas las construcciones destaca una de planta circular, de unos 5 metros de diámetro, en cuyo interior se documentaron cuatro piedras labradas -conocidas como betilos- colocadas verticalmente en el centro del recinto y asociadas a una intensa actividad de fuegos domésticos. Esta circunstancia, junto al tipo de materiales hallados en este recinto, ha motivado la explicación de que se trataba de un espacio especializado en la manipulación y transformación culinaria de productos animales.
El conjunto de fechas de carbono 14 disponibles para El Tejar ha permitido saber que este yacimiento fue ocupado por los canarios, posiblemente con desigual intensidad, en un amplio intervalo temporal que abarca, al menos, desde la segunda mitad del siglo VII hasta las primeras décadas del XV.