La iglesia de San José fue proyectada por Diego Nicolás Eduardo hacia 1780, al borde de la primitiva salida sur de la ciudad y a los pies del risco de San José.

Situada frente a una plazoleta, la iglesia tiene una sola nave de planta rectangular con capillas laterales y crucero. El interior se cubre con una bóveda de cañón con plementería de yeso. Las pilastras de cantería, que recorren las paredes laterales, se transforman en arcos fajones. La iluminación es a través de huecos abocinados enmarcados en cantería a igual altura.

La fachada neoclásica destaca por el trabajo de cantería de la portada, con hastial, espadaña y pináculos según simetría axial. En los laterales del edificio se sitúan dos cuerpos de una altura que actúan de contrafuertes, con arcos rebajados y cubiertos a modo de logia, en los que resalta la labor de cantería en las esquinas, arcos, molduras, pilastras y gárgolas. Las obras de restauración de los años ochenta (proyectada por Luis Alemany) consistieron en el refuerzo general de cimentaciones y bóveda, que amenazaba ruina, y la impermeabilización del conjunto. Se recuperaron los porches laterales que aparecían en los primeros planos. Al desmontar el retablo se descubrió una serie de arcos de cantería que se dejaron a la vista, trasladándose el retablo a la antigua sacristía.