La iglesia parroquial de San Vicente Ferrer, en la plaza del mismo nombre, se construye en 1887 sobre una ermita del siglo XVIII, siguiendo un proyecto del arquitecto diocesano Laureano Arroyo y Velasco. La edificación, de tres naves y en la que destaca el artesonado mudéjar del coro, es de un débil eclecticismo.
La estructura de la Iglesia de San Vicente Ferrer responde al tipo de planta basilical con tres naves longitudinales abovedadas que acaban en testero plano. La cubierta de las naves se remata en tres gabletes. El alzado principal se compone de zócalo y tres cuerpos entre pilastras de orden ecléctico -un pseudocapitel entre molduras y pilastrones en punta de diamante- más tres puertas con arco de medio punto y el mismo número de rosetones.
Sobre el cuerpo central hay una espadaña de dos vanos para el campanario. Por su parte, los empujes de las naves se recogen en los contrafuertes de los alzados laterales, donde se disponen varias gárgolas. Los artesonados bajo el coro son de tradición mudéjar.
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Escultura de "San Vicente Ferrer"