La iglesia de Santa Lucía, frente a la plaza del mismo nombre, es el monumento más destacado del centro histórico. La actual edificación se levantó en un solar que ofreció el ayuntamiento en 1889, comenzando las obras en 1905 según los planos de Laureano Arroyo y Velasco, arquitecto del Obispado. Aunque bendecida en 1916, se terminó a finales de los años cincuenta.
De planta basilical de tres naves, conserva pinturas de José Arencibia en su capilla mayor. Las naves de la iglesia son abovedadas de medio cañón y están separadas por columnas de orden toscano y arquerías con cúpula sobre el crucero y lucernario.
La fachada es de dos plantas y tres paños separados por pilastras. En la planta baja se abren tres puertas en cada nave, recortándose la central en un paño de cantería con frontón, mientras que en la planta alta sus correspondientes ventanas, todas con dintel de medio punto y molduras de cantería azul.
En cada paño se dibuja el perfil de la bóveda correspondiente con cantería y se remata con un frontón triangular de envés dentado. Sobre el central se eleva una espadaña en cantería de dos huecos, mientras que las gruesas pilastras están coronadas con pináculos con bolas.
Ver también: "Pinturas murales de José Arencibia Gil"