Situada en la plaza de Nuestra Señora del Pino, La Iglesia Parroquial de San Mateo es fruto de dos momentos constructivos. La nave principal se edificó a finales del XVIII, mientras que la de la Epístola es de finales del XIX. En la centuria que separa ambas construcciones se demolió casi en su totalidad una capilla para resolver la trama urbana del casco.
En la iglesia de San Mateo llama la atención su artesonado mudéjar, la ornamentación de cantería y los bancos de obra de fábrica (los "poyitos") muy populares en el pueblo, además de la historia de su campana, enviada desde Cuba por un emigrante y colocada en 1804.
La edificación cuenta con esas dos naves de dimensiones similares e igual altura y tiene las cubiertas con armaduras de par y nudillo atirantadas, que se apoyan en una estructura de arcos de medio punto sobre pilares circulares de cantería y en los muros de carga laterales. Por su parte, la capilla Mayor y la del lado de la Epístola se cubren ochavadas con artesonado mudéjar.
La composición de la fachada principal, enmarcada por pilastras de cantería en los extremos y por una cornisa, está coronada por una espadaña grande en cuya base se sitúa el reloj y, en la parte superior, las tres campanas. Las portadas, simétricas respecto a los ejes de las naves, son en cantería, aunque de distinta procedencia. Los huecos de acceso se resuelven con arcos de medio punto flanqueados por pilastras que sostienen los entablamentos sobre los que se abren unos óculos. En los alzados laterales y entre pilastras laterales, se abren portadas que rematan con un hueco en la parte superior. Todos los elementos compositivos son en cantería.
Enlaces de sus obras artísticas: