El yacimiento está constituido fundamentalmente por enormes cavernas naturales acondicionadas para habitación y espacios de almacenamiento (graneros). Es un conjunto complejo e interesante como ejemplo de hábitat troglodita, organizado en diversos niveles, cada uno de los cuáles se comunica con los restantes a través de pasos, andenes y escalones también excavados y labrados en la roca.

Las cuevas que integran este yacimiento muestran morfologías y dimensiones desiguales, si bien predominan algunas de gran tamaño en las que, a su vez, se excavan otras estancias más reducidas. Dentro del conjunto de La Montañeta destacan los espacios de almacenamiento. Una de las cuevas, con unas dimensiones que superan los 7 metros de ancho, muestra en su interior numerosos silos; en algunos se recogieron fragmentos de molinos circulares elaborados en basalto. Otro espacio de similares características es la conocida como Gran Cueva de los Silos, casi en el extremo del yacimiento. Corresponde a una enorme cámara que presenta unos 30 metros de longitud, acogiendo en su interior otras oquedades artificiales de desigual tamaño y organizadas a diferentes pisos o niveles.

Un rasgo singular de este yacimiento es la presencia de cuevas que muestran estancias superpuestas y comunicadas entre sí. Una de ellas, tal vez la más curiosa de todas, a la que se accede a través de una estrecha gatera desde un nivel inferior, presenta en su interior y también labrado en la tosca, una zona circular de 2,75 metros de diámetro en la que se excavaron siete cazoletas de desigual diámetro, que su descubridor, Jiménez Sánchez, interpretó como sede de prácticas religiosas.

 

Dataciones Arqueológicas

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