La antigua Casa-Hacienda de Castillo Olivares, en Bailadero número 28, ejemplifica un tipo de arquitectura rural tradicional de las islas, en el que destaca en la portada el escudo familiar en cantería.

El conjunto de La Montañeta, entre las calles San Francisco, Altozano, Carreñas y Portería, presenta una arquitectura muy sencilla, a diferencia de la calle Portería, donde se encuentran ejemplos de arquitectura del siglo XVI al XX. En esta zona también destacan viviendas de la calle Santa María, o la calle Altozano, formada por un conjunto de casas terreras de tradición popular.

La Casa-Hacienda de Castillo Olivares es un edificio exento, formado por varios cuerpos de una y dos alturas, de planta irregular y patio en fachada, más dos crujías paralelas que se desarrollan en profundidad. La fachada principal tiene una portada enmarcada en cantería, donde se dispone el escudo de la familia, y un remate al modo de la casa de finca con tres puntas de diamante. El alzado sudeste se compone con balcón de madera sobre pies derechos y cubierto con tejas. La cubierta es a dos aguas sobre estructura de madera en el lado noreste. El resto de la cubierta es plana.

La calle de San Francisco presenta una arquitectura construida entre los siglos XVI y mediados del XX, donde destacan elementos como un arco conopial y un arco rebajado. Las calles Altozano, Bailadero y su entorno, también en San Francisco, presentan una arquitectura construida entre los siglos XVI y mediados del XX. Sin embargo, las tapias con puntas de diamante, de apariencia medieval, son añadidos de los años cincuenta y noventa del siglo XX.

La calle Altozano está formada por un conjunto de casas terreras de tradición popular con cubiertas planas y a dos aguas. Se trata de una calle homogénea y de gran calidad ambiental. En la calle Convento/Bailadero, donde se encuentra la que fue vivienda del poeta Saulo Torón, existe un edificio de las primeras décadas del siglo XX que se localiza en parte de lo que fue la huerta del convento de San Francisco. Por su parte, la calle Bailadero tiene tramos de callejones entre muros de fincas y vistas sobre el barranco. Toda la manzana, delimitada por las calles Carlos E. Navarro, Fray Juan Matos, Tres Casas y Callejón de la Fuente, está en su mayoría cerrada por muros, a excepción de un borde arquitectónico en la calle Carlos E. Navarro. La calle Carreñas destaca por su buena calidad ambiental con edificios de arquitectura tradicional. De la calle Huertas, que enlaza el barrio con la plaza de San Juan, tiene un trazado ligeramente curvo con pendientes pronunciadas en los extremos, que es donde se dispone la arquitectura. El resto son muros de finca y una acequia volada que se ha reinventado.