En un solapón situado en la cumbre del Campanario, una de las alturas mayores de la isla, encontramos una plataforma que alberga un curioso grupo de cinco cazoletas y canalillos, identificado a finales de la centuria pasada por Víctor Grau-Bassas como el perdido almogarén (lugar de culto) de Humiaga, citado por las fuentes etnohistóricas, aunque hoy se duda tanto de que sea Humiaga como de que se trate de un almogarén.
Las Pilas de los Canarios se sitúa justo al borde de la Caldera de Tirajana, ante un impresionante abismo de cientos de metros en caída libre, presentando en el suelo de esta cavidad varias cazoletas excavadas con gran finura en la roca, algunas de las cuales se encuentran comunicadas entre sí por una compleja red de finos canalillos que mantiene el agua que suele escurrir de la roca casi todo el año.