Los lavaderos eran puntos de obligada concurrencia de las mujeres, encuentros donde circulaban todas las noticias de los pueblos y donde, además, concurrían arrieros, yerberos, loceras o pescaderas. En Valleseco hay 49 catalogados.
El procedimiento de lavado tradicional era largo y complejo, se hacía por «tandas», separando la ropa por colores, tipo y suciedad. Se comenzaba dando una mano (remojar, enjabonar y salpicar) para dejarla reposar (arrimar), mientras se repetía el procedimiento con otra tanda de ropa. Luego se daba otra segunda mano similar a la primera para, a continuación, tender las piezas al sol sobre piedras y matorrales con rociados continuos para no dejarla secar a fin de eliminar manchas.
Cada tanda, si lo requería, llevaba una tercera mano o añilado (ropa blanca remojada en añil para dar blancura). Finalmente se retorcían todas las piezas y se depositaban en un baño para secarlas tendidas en liñas, fuera de los lavaderos o en las casas.
En los municipios de las medianías del norte, incluida la zona baja de Arucas, se ha catalogado el 72% de los 215 lavaderos localizados en Gran Canaria. Valleseco, con 49 unidades, es uno de los lugares con mayor densidad, superado sólo por Arucas con 53, aunque es en este municipio de las medianías altas donde se mantiene más la tradición de lavar la ropa en lavaderos. Los pagos con mayor densidad son Valsendero con 15 unidades, Lanzarote con 16 y en el mismo casco, que cuenta con 6 más. Todos a lo largo de acequias, junto a estanques y manantiales, en entornos naturales a los que sólo se accede por veredas. Algunos lavaderos de Valleseco aparecen en la misma orilla de la carretera, acondicionados con nuevas obras de fábrica. Uno está junto al Mirador de Zamora y otro en dirección a la salida de Lanzarote, hacia Artenara, poco después de la desviación a Madrelagua. Ambos datan de finales del siglo XIX.