Esta zona arqueológica situada entre los yacimientos de La Aldea de San Nicolás y la comarca de Guayedra, así como los yacimientos del Macizo de Tirma y el complejo de la Playa del Risco, constituyen una de las comarcas de mayor riqueza arqueológica de Gran Canaria. Los yacimientos del Lomo de los Canarios-Playa del Risco cuentan con más de 50 estructuras, la mayoría se corresponden con casas de piedra de planta cruciforme.

El área donde se localizan las zonas arqueológicas de Lomo de Los Canarios y Playa del Risco se sitúa en la desembocadura del Barranco del Risco. Este barranco tiene una importante cuenca de recepción con un gran número de pequeños barrancos que tienen sus cabeceras en el macizo de Tirma y Tamadaba. Esta situación permitió en el pasado contar con agua durante casi todo el año. Estos recursos y su proximidad a la costa explican la elevada densidad de ocupación que sufrió esta área en el pasado prehispánico.

La Zona Arqueológica está caracterizada por la existencia de dos conjuntos importantes, Lomo de Los Canarios y Lomo del Risco. El Lomo de los Canarios es, tal vez, la unidad más importante dentro de esta zona arqueológica. Se trata de un complejo arqueológico constituido por 43 estructuras habitacionales repartidas a lo largo del lomo, desde el Barranco de Güigüi hasta la costa. Las dimensiones y las plantas de estas estructuras son variadas, así tenemos estructuras cruciformes, ovaladas y circulares. De entre los materiales depositados de esta zona en los fondos del Museo Canario, destaca la presencia de un fragmento de un ídolo antropomorfo.

Debemos destacar que el yacimiento a lo largo de los tiempos ha sufrido varias agresiones por acciones de sorriba, extracción de árido y apertura de pistas. No obstante, las zonas que no han sido afectadas se conservan en buen estado. El material arqueológico en superficie es asimismo muy abundante. Además, en las zonas que han sido afectadas por la apertura de pistas se observan, en los perfiles que han quedado, los pisos de ocupación de algunas de las viviendas donde el material cerámico, industria lítica y desechos alimenticios es muy destacada. Unas siete estructuras de este conjunto fueron parcialmente destruidas debido a los trabajos de puesta en uso del suelo para fines agrícolas. Consecuencia de estas roturaciones se quedaron a la vista los perfiles de los pisos de ocupación en una franja de la ladera con una elevada pendiente, castigada por defecto de la erosión que ha llevado a la parte llana (suelo agrícola) abundante material arqueológico. Esta zona llana se ha convertido así en el vertedero del yacimiento el cual presenta una alta fertilidad arqueológica.

El Lomo del Risco o Lomo de la Montañeta, que se localiza en la punta que separa los barrancos de Güigüi y del Risco, presenta varias estructuras de piedra seca agrupadas, si bien la presencia de tuneras no deja observar bien el conjunto. En esta zona, Sebastián Jiménez Sánchez situaba la presencia de túmulos y puede que muchas de las casas y los alpendres de esta zona hayan utilizado piedras pertenecientes a dichas estructuras para su construcción. En superficie es posible observar numerosos restos materiales pertenecientes a la cultura aborigen, entre ellos abundantes restos cerámicos, por lo que es de suponer que además de las citadas estructuras funerarias, alguna de las estructuras presentes en la zona sean viviendas prehistóricas.

Jiménez Sánchez cita la presencia de más yacimientos, concentrados en el margen derecho de la desembocadura del Barranco del Risco. Estos pertenecían sobre todo a túmulos que hoy no se aprecian y que pueden haber sido sepultados por las actividades agrícolas desarrolladas en la zona, estando localizados bajo el suelo agrícola.