En la zona arqueológica del Lomo de San Gregorio está ubicado un grupo de cuevas artificiales de los antiguos canarios, reutilizadas hasta hace pocos años, y los restos de un oratorio construido bajo la advocación de San Gregorio en 1591, por el licenciado Gregorio Truxillo Ossorio de Vergara.

En la zona noroeste de la montaña se ubica una gran cueva, de planta rectangular, con un ancho de 12 metros y una profundidad aproximada de 5 metros, con una altura máxima de 2,7 metros y un techo plano que muestra marcas de pico, que pueden deberse a aprovechamientos posteriores, así como huellas de humo. El interior se organiza en torno a cuatro alacenas, una en el fondo, otra en el lateral sur y dos en la pared de las dos entradas, donde una de ellas presenta un muro de mampostería actual. El exterior dispone de una gran explanada cerrada por un muro de piedra seca de medianas dimensiones con un acceso al sur, utilizado para la guarda de ganado. En la rampa nordeste hay cinco cuevas artificiales, reutilizadas como corral.

Destaca una cueva artificial de planta ovalada en dos niveles, con tres escalones excavados en la toba, y una pequeña estancia cerrada por una puerta de madera a la derecha de la entrada. A la izquierda, entrando, un pesebre y una repisa escalonada, teniendo también el techo plano y señales de humo. Tiene una profundidad de 8 metros presentando una cámara de planta circular y en su suelo tiene horadados canalillos y cazoletas que se comunican entre sí. En la rampa oeste del lomo hay otras cuatro cuevas artificiales reutilizadas como alpendres, palomar y también como vivienda. Finalmente, en la explanada superior donde se ubica la pequeña ermita de San Gregorio, reutilizada posteriormente para fines agrícolas, hay horadados en la roca un gran número de canalillos y cazoletas que forman un entramado relacionado, probablemente, con un aprovechamiento hídrico o con un fin funcional, a modo de desagüe. Igualmente, en el espolón al norte de esta montaña se observan una serie de canalillos, de mayor profundidad que los anteriores, que desembocan en una gran cazoleta.