En el curso superior del Barranco de las Goteras, a unos 700 metros de altitud, en un cerro divisorio entre Santa Brígida y Telde, se encuentra un pequeño poblado de cuevas, llamado Los Corrales y también Cuevas del Gato.
Estas cuevas fueron utilizadas hasta hace poco como corrales de ganado, y de ahí su topónimo, vinculándose también a las tradiciones de la trashumancia pastoril. Así, los pastores de Jinámar y Marzagán, que en primavera subían con sus rebaños en busca de pastos nuevos, hacían aquí la primera noche del camino hasta la cumbre.
Se trata de dos o tres grupos de cuevas agrandadas utilizadas como viviendas. El grupo se abre hacia el sur, recibiendo así el sol y accediendo a la mejor panorámica sobre el barranco de las Goteras. En el grupo superior pueden apreciarse dos grandes estancias, reaprovechadas para guardar ganado, y al fondo de las mismas varias con cazoletas y canalillos. Al otro lado de la ladera, mirando hacia Santa Brígida, se halla una curiosa cueva-aljibe acondicionada para recibir y almacenar el agua que escurre de los riscos superiores.