La construcción de Monasterio del Cister de Teror tiene sus más remotos orígenes en la época de la desamortización eclesiástica, en la segunda mitad del s.XIX, cuando las monjas bernardas establecidas en Las Palmas de GC fueron obligadas a abandonar el convento de San Ildefonso y a trasladarse a Tenerife. En 1880, ayudadas por el Obispo Pozuelo, regresaron a Gran Canaria y se establecieron en el Palacio Episcopal de Teror.
El monasterio se construyó entre 1882 y 1888 por impulso del párroco Judas A. Dávila con el dinero de los vecinos y del obispo de Pozuelo, benefactor principal de la obra.
El Monasterio del Cister es un amplio edificio académico formado por tres cuerpos separados de forma que los laterales albergaban el convento y el noviciado, fundado por las monjas de clausura de San Bernardo y las religiosas de San Ildefonso de Las Palmas, mientras que el central, la iglesia.
El alzado de la ermita se compone en vertical con una portada de arco rebajado y frontón curvo, un rosetón, remate con entablamento, cornisa y una espadaña de tres huecos. Además, están los escudos de la orden y del obispo de Pozuelo. Por su parte, los pabellones laterales se componen en horizontal y simétricos con el acceso en el eje y huecos de arco rebajado. Todos los elementos compositivos del alzado son en cantería, así como el zócalo, las líneas de forjado, la cornisa, los pilastrones y la línea de remate sobre el pretil.