En las proximidades del Barranco de Tocodomán se localiza otro de los enclaves de más interés para la prehistoria de Gran Canaria, La Montaña de Hogarzales. En las cercanías de su cima, se localiza un conjunto arqueológico de gran valor para el conocimiento de las formas de vida de los antiguos canarios.
El conjunto, conocido como Minas de Hogarzales, constituye un exponente excepcional de la capacidad de las poblaciones prehispánicas de Canarias para aprovechar y transformar el medio en el que habitaron, obteniendo de él los elementos imprescindibles para el desarrollo de sus quehaceres cotidianos.
Las minas son una treintena de estrechas galerías artificiales, de longitud desigual, cuyo fin es la extracción del vidrio volcánico llamado obsidiana. La mayor parte de las minas muestran acondicionamientos para garantizar la seguridad de las tareas de extracción. De este modo, se construyen paredes en el interior de las galerías, a fin de evitar posibles derrumbes. La excavación de las vetas se llevaría a cabo con la ayuda de "picos" elaborados en piedra, probablemente de naturaleza basáltica, cuyas huellas aún se observan en las paredes de los corredores aludidos.
Con los trozos extraídos de Hogarzales podían fabricarse útiles de agudo filo con los que poder llevar a cabo cortes, raspados, etc. Su importancia económica, así como la escasez de vidrios volcánicos, convirtió a la obsidiana en una materia prima de sumo valor. Esta circunstancia explica el esfuerzo humano, económico y social que se adivina en las minas de la montaña de Hogarzales.
Además de las minas, en la cima de Hogarzales se localizan algunas estructuras de piedras hincadas que muestran una morfología circular. En función de los datos disponibles, han sido relacionadas con lugares en los que se llevarían a cabo prácticas de carácter "mágico religiosas", probablemente de índole propiciatorio. Muy cerca de estos círculos de piedra, al borde del vertiginoso abismo occidental de la cima (1.065 metros sobre el nivel del mar), aparece una singular "torreta" o altar de lajas superpuestas orientada hacia el Pico del Teide.
Las obsidianas de Hogarzales, con su peculiar tonalidad gris azulada, aparecen presentes en prácticamente todos los yacimientos de Gran Canaria, tanto en emplazamientos habitacionales como funerarios. Poco se conoce con relación a cómo se llevaría a cabo el trasvase de esta materia prima desde sus centros de producción a las diferentes unidades domésticas. Quizás una parte fuera objeto de intercambio, actividad a la que hacen referencia repetidamente las fuentes etnohistóricas.