La obra de Pepe Dámaso representa tres velas de barcos superpuestas que reposan sobre un efímero embarcadero figurado por las dos porciones alicatadas que sobresalen a la derecha de la composición.
Las vanguardias artísticas triunfantes gracias al énfasis europeo generado por artistas, arquitectos, pintores, entre otros, llega a Canarias a finales de la década de 1950.
La abstracción plástica es acogida por el artista agaetense Pepe Dámaso a partir de distintos formatos como la pintura y el diseño, plasmado también sobre la ejecución mural; para la intervención artística de esta fachada principal del domicilio de la familia Molina en Sardina, Dámaso emplea materiales como la porcelana y el azulejo, ubicando porciones de estos materiales sobre el paramento a partir de la técnica del trencadís.
La obra representa tres velas de barcos superpuestas que reposan sobre un efímero embarcadero figurado por las dos porciones alicatadas que sobresalen a la derecha de la composición. Gracias a los volúmenes que el artista realiza para ubicar las porciones de material sobre la obra, la misma presenta un juego corpóreo y visual de sombras que le da mayor interés y prestancia a la pieza artística.
Durante su proceso de experimentación abstracta que se alargará hasta la década de los años setenta, Pepe Dámaso resolverá con esta técnica otros murales como los realizados para el Real Club Náutico de Las Palmas (1962), la Casa del Marino (1964) o la fachada de la Iglesia de María Auxiliadora (1965).
Sin embargo, el trencadís continuará como técnica mural durante toda la trayectoria profesional del artista.