Esta pequeña escultura de bulto redondo realizada en madera y policromada al óleo es conocida como Santiago el Chico. Se le llama también Santiago de El Pinar, ya que procedía de la Ermita de El Pinar y sólo bajaba en procesión a Tunte en época de sequías. Es en septiembre de 1849 cuando el Obispo Buenaventura Codina ordenó el traslado de la imagen desde su originaria ermita hasta la Iglesia de San Bartolomé en Tunte.

 

Es una obra de factura popular y algo rudimentaria en la que se representa a Santiago montado a caballo blandiendo una espada. Se desconoce la autoría de esta pieza y si fue una obra traída desde Península o tallada para esta ermita.

Esta iconografía de Santiago a caballo haciendo huir a los moros deriva de la aparición del santo en la batalla de Clavijo en el 844. Inicialmente el Obispo Codina había ordenado en 1851 la realización de otra imagen que representase a Santiago como peregrino, modelo iconográfico muy diferente al de Santiago El Chico, pero a la Junta Parroquial le parecía que inspiraba más devoción la iconografía precedente, por lo que cuando se encarga una nueva imagen vuelven a repetir la versión de Santiago a caballo. En el año 1903 empieza a ser conocida como Santiago el Chico para diferenciarla de otra de mayor tamaño que llega ese año de la mano del sacerdote Pedro Hernández y es obra de Francisco Villa.