La  Reserva ocupa en la actualidad una extensión aproximada de 90 hectáreas del tramo bajo del Barranco del Laurel, en el término municipal de Moya. La especie arbórea que  destaca en este espacio es el Til (Ocotea foctens), que da nombre a la reserva, pero existen otras muchas como el laurel, el barbusano, la faya, el palo blanco, el follao, el acebiño o la famosa  cresta de gallo. Se calcula que existen unas 35 especies amenazadas que encuentran aquí su espacio vital, favorecidas por la constante humedad y una  precipitación media de 510 mm que propicia la presencia de los alisios. Ésta es la causa que bajo la tupida bóveda del bosque tenga lugar una explosión constante de vida y que gracias a la sucesión de diversos planes de conservación se esté procediendo a su recuperación. 

En el interior de la reserva también encontraremos diversos testimonios de nuestro patrimonio cultural entre los que destaca algunas  estructuras trogloditas que fueron habitadas por los antiguos canarios. Un ejemplo  de ellas es la llamada Cueva de las Palomas, pequeña excavación artificial de habitación con dos estancias separadas por una puerta. En cuanto al patrimonio etnográfico destaca los elementos relacionados con la cultura del agua y su canalización tradicional, las actividades agropecuarias y las  vías tradicionales de comunicación como son  los caminos de herradura. 

En definitiva la Reserva Natural Especial de los Tilos se presenta como  uno de los mejores ecosistemas  de Canarias. Un notable ejemplo de biodiversidad tan necesario para alcanzar el equilibrio de la biósfera que debemos cuidar y conservar. Su centro de Interpretación y el equipo técnico que custodia la Reserva dependen actualmente de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria. 

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