Este conjunto, a diferencia de los anteriores, conserva en sus inmediaciones algunas estructuras de piedra seca, que bien pueden constituir restos de viviendas de superficie, aunque su funcionalidad no se conoce con exactitud. El resto del conjunto está integrado por unas 50 cuevas artificiales de habitación, espacios dedicados al almacenamiento doméstico, algunos de considerables dimensiones, y cuevas de enterramiento, en una de las cuáles se localizaron en el siglo XX restos de 43 individuos.

En este lugar puede apreciarse la capacidad de los antiguos canarios para transformar el medio y adecuarlo a sus necesidades, articulando el poblado en torno a viviendas de distintas dimensiones y morfologías, conectándolas a través de pasillos artificiales. Esta configuración constituye una muestra evidente de cómo se articula el poblado, siempre partiendo de una concepción unitaria como lugar de habitación.